domingo, 29 de diciembre de 2013

A ti Yaya

Como empecé en tu recordatorio, estuvimos poco tiempo pero ese poco tiempo, fue  suficiente como para ser fuerte y seguir adelante.

Hoy recuerdo tantas cosas que pase a tú lado, más que nada el tiempo de mi recuperación ya que yo siempre he vivido fuera de Valencia, y cuando iba era para mis fiestas y nunca iba a veros.

De eso me siento mal pero yo ya andaba metido en ese túnel, pero recordemos sólo lo bonito yaya, lo que te costó entender que los Martes y Jueves yo no podía ir a tu casa a comer rosquilletas por mis terapias y nos reíamos mucho porque me esperabas con las rosquilletas en la mesa y pensabas al principio que no quería ir jajaja.

Cuando iba a comer y me decías cuanto pan te pongo, yo te decía una marca y tu cortabas cuatro dedos más arriba de mi marca. Cuando pintamos la cocina la prima Laura y yo lo que te reías cuando nos veías en la famosa esquina maldita que no llegábamos jajaja.

A la vez estuvimos muy poco tiempo juntos pero ese año que yo pase de rehabilitación yo disfrute de mi yaya lo que todos los años atrás no pude.
Y verte siempre que me mirabas o hablabas tenías esa sonrisa que hoy añadiré todo eso a mi cajón de chute de autoestima para cuando lo necesite.
Siempre me has mirado con muy buena cara aún sabiendo por donde estaba pasando o lo poquito que se te pudo contar, muchos me dejaron de lado pero tu, la tía Puri y los primos y toda mi familia me aceptasteis y en muchas ocasiones me sentía que ese momento nunca quería que se acabara.

Se que ya todo acabado todas estas semanas que hemos pasado, han sido momentos muy duros y bonitos y ya estas junto al hombre de tu vida que lo echabas tanto de menos, al igual que todos nosotros y a ti ya lo he empezado a notar.
El otro día no pude dar más de dos pasos en casa y me tuve que quedar en la entrada, al ver tu sillón vacío me dio un giro el estómago que mi cabeza me decía ya ha terminado todo.

Porque no me lo creía del todo hasta que me fije en tu sillón y me dije, “si Julio se a ido junto al yayo y por fin  descansa”.
Me quede mirando vuestra foto de boda  y sonreí, sonreí porque aunque para los que nos quedamos, es un mal trago, creo que tu querías reunirte de nuevo junto al yayo.


Yo estoy  seguro de que nos vas a ayudar junto con el yayo y nosotros desde la tierra nunca os vamos a olvidar aunque no os tengamos físicamente, os vamos a llevar en nuestro corazón y mente.

Y con corazón y mente siempre estará esa llama encendida entre nosotros, porque nunca os vamos a olvidar, y con algo que me quedo y que me saca la sonrisa es que primero conociste a mi hijo, tu perla del TURIA mi dorado, su nombré te gustaba ya que el primer nombre es en honor al yayo, y lo tercero esas cositas que le decías a mi padre cuando yo no estaba de que había que ver el tipo de persona que era, que tenía muy buen corazón.

Para despedirme quería decir  que las caricias que me dabas cuando iba al hospital congelado, para calentarme frotabas tus manos con las mías, a día de hoy siento como si lo hicieras cuando cierro los ojos y pongo a dejar la mente en blanco.
Yaya me alegro de a haberte tenido de yaya fuese el tiempo que fuese, y que sepas que desde aquí a donde estés te mandamos muchos besos mi familia y yo.





1 comentario:

  1. Acabo de descubrir tu blog y merece mucho la pena, espero q sigas bien y eso vale mucho.
    Tu experiencia y tus textos valen muchísimo
    Un saludo
    Jorge Lopez

    ResponderEliminar